La palabra es un sacramento”, dijo el Maestro:
Uno que hemos cumplido tú y yo
en riguroso rito.
Lo nuestro es palabra que se desnuda
en voces tenues y en tiempos cortos pero eternos.
Es dialogo de cuerpos en estancias secretas
verbos ardientes e intercambio de toques
diálogos impenitentes, de amor represado.
La palabra que no se escucha conduce nuestras manos
entre líneas, y comillas húmedas, en las que cada uno dice del otro: Has escrito, tocado y leído…
y el otro responde clandestino: he suscrito, besado y lamido
he hurgado, penetrado y consumido.
La palabra da fe: todo ha sido sin tiempo, sin edad, sin distancia
brutal, estrepitoso,
en conjugaciones, dolientes, profundas, secretas, místicas
letras sueltas, silabas dementes,
absurdos coherentes, lujuria mágica,
olores, sabores, cuerpos fundidos,
chasquidos, gemidos.
Entre lo onírico y el letargo decimos
ella es la culpable, la palabra
la que nos reunió sin hablar a cometer: desatinos deliciosos, riesgos imprudentes, y amor de verdad.
OSWALDO PAZ Y MIÑO J
VOCEADOR DE LECTURAS
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